15 Noviembre 2020 04:14:00
Quién decido ser a partir de este aislamiento
“Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”
-Friedrich Nietzsche-
Hace unos días de manera virtual se realizó el XXVI Congreso de la Mujer, en el que tuve la fortuna de escuchar a Alex Rovira, conferencista y escritor español, y me pareció sumamente asertiva su forma de profundizar sobre quiénes somos en este aislamiento y cuáles son las actitudes que nos definen.
Durante su conferencia, él aborda el testimonio de Viktor Frankl, neurólogo y psiquiatra, fundador de la logoterapia y análisis existencial, autor del libro “El hombre en busca de sentido” y sobreviviente del holocausto.
Frankl, era un médico judío nacido en Viena, que fue tomado preso y llevado a un campo de exterminio. Ahí perdió a sus padres, su hermano y su mujer. El se volcó durante esa experiencia a acompañar a cada uno de les que le rodeaban y a compartirles todo de sí, hasta su propia ración diaria de pan.
Él daba su acompañamiento, su diálogo, y buscaba encontrar los elementos que aliviaban el sufrimiento de los que le rodeaban. Él se comprometió a la tarea de acompañar y sanar en su medida posible, y dentro de esa experiencia, extrajo cientos de aprendizajes que se ven plasmados en su libro y en sus técnicas terapéuticas.
Pero uno de los aprendizajes que más marcan es sobre la libertad de elección de la propia actitud. Rovira lo parafraseaba así… “Me di cuenta que en esta vida nos lo pueden quitar todo, nos pueden robar todo, matar al ser amado, orillarnos a que nos volvamos locos con la tortura, reducirnos en su totalidad, incluso deshumanizarnos… pero hay algo que nunca nadie puede tocar, y es la libertad que tengo de elegir mi mejor actitud ante cualquier situación.”
Y es que en cada circunstancia, ante cualquier estímulo, ante lo que alguien te diga, ante lo que te hagan, ante lo que tú observes, ante cualquier situación… sólo tú tienes la libertad de elegir cómo responder ante eso. Y lo ejemplifica alguien que vivió no una pandemia, no una guerra, no una crisis económica… vivió todo eso y además del confinamiento, las torturas, la reducción de todo afecto y la muerte de muchos de sus compañeros.
Y todo esto nos invita a cuestionarnos no qué soy, sino quién decido ser ante lo que me toca enfrentar actualmente. Ante este aislamiento o la circunstancia a la que me toque vivir hoy, buscar realizar el ejercicio tan simple de elegir en cada momento la mejor actitud, la mejor disposición, el mejor estado de ánimo. Esto para poder sanar, para poder entregarnos desde el abrazo, desde la escucha, dando lo mejor que tenemos para dar y compartir.
Tu tienes la libertad de elegir ser tu mejor versión en cada instante. Rovira decía, “Tú no tienes porque perpetuar el dolor que te han hecho.” Y esto refiere a que a veces nos quedamos en el dolor y creemos que no hay otra forma de atravesarlo más que traspasarlo a otros o a quiénes nos han hecho daño. Tu elijes si regar agua negra o agua limpia a tu alrededor.
Para cada estímulo hay una reacción, pero es verdad que podemos elegir nuestras mejores actitudes. Busquemos elegir nuestra reacción ante ese estímulo, porque ahí comienza una cadena de cambios, cuando condicionas y eliges el pensamiento y emoción que van acompañados de esa actitud.
Es como quien todo el día esta sembrando arboles frutales y siembra actitudes positivas constantemente, eso es ser proactivo. Y cuando te encuentres en una situación en la que eres reactivo y explotas, ahí está en ti respirar y recordar que tú elijes como reaccionar.
¿Qué eliges? Actitudes positivas desde la humildad, la verdad, la dulzura, la benignidad, la clemencia. O desde el egoísmo, la vanidad, la miseria, la revancha, la envidia… en realidad eso te hunde y hunde al otro.
Una actitud positiva nutre al otro y le invita a que se sienta bien, una actitud negativa invita a que se sienta mal. Que mi propia actitud sea siempre en positivo, desde el amor, la dulzura, la amabilidad y la reflexión y no desde el dolor, porque cada día es una oportunidad para mejorar tu vida y la vida de los demás.
¿Qué decides ser? Busca dar lo mejor de ti. Encontrar un sentido en aquello que amas, por pequeño que sea. Porque ahí encontrarás un camino de realización.
Busca hacer el ejercicio de querer comprender al otro, recordando que cada persona y cada circunstancia es distinta. Al elegir mi actitud pongo en marcha la cadena que me permite amar mejor, comprender mejor, cuidar mejor, inspirar mejor… en beneficio de todos los que me rodean. Lo que das, te lo das…
Y cómo decía un escrito que desconozco el autor pero me compartió mi madre…
En este aislamiento, transforma tu lugar en el mejor lugar en el que podrías estar.
Busca mirar con nuevos ojos la situación que estás viviendo y aprende de ella.
Haz de tu casa una fiesta: escucha música, baila, si tienes una gran carga en tu corazón entrégaselo a Dios y él te hará descansar.
Haz de tu casa un templo: ora, adora, pregunta, engrandece, alaba, agradece a Dios.
Haz de tu casa una escuela: lee, escribe, dibuja, pinta, estudia, aprende, enseña…
Haz de tu casa una tienda: limpia, ordena, organiza, decora, etiqueta, recicla, dona…
Haz de tu casa un restaurante: cocina, come, prueba, crea recetas, cultiva especias, planta un huerto…
En fin… haz de tu casa un lugar de amor, y vive esas actitudes que transmiten paz.
¿Qué eliges contagiar? ¿Qué pandemia decides crear desde tus actitudes?
¿Una pandemia de reinvención? Los cambios comienzan de adentro hacia fuera.
Manos que no dais, que esperáis.